El proyecto se abre al máximo a las aberturas del patio trasero, generando una gran fuente de luz a donde se abren tanto la planta baja como el altillo.
El altillo se relaciona con la planta baja a través de un gran panel de cristal y una escalera de chapa metálica plegada con un aspecto muy ligero.
Se respetan los detalles arquitectónicos originales de la finca, como la ‘volta catalana’ en el techo. Se deja vista para aprovechar al máximo las alturas.